El líder de una mafia cae

Como este tipo, (líder de ETA) acabó Laureano Oubiña, así acabó también Ginés, el jefe de la Policía Local de Coslada, y así acabaran todos los que alimentan una mafia: entre rejas. Se ve en la mirada de este sujeto la rabia de quien se creía un "Dios" (o diablo), capaz de decidir sobre la vida de los/as demás, viviendo, aunque escondido, como una rata, del dinero que sus "voluntarios" recaudaban de los amenazados con bombas o los extraños desvíos de dinero y/o bienes de algún que otro cargo público de esos que se presentaron "por la paz".

Sólo por la cara de destronado merece la pena recordar que esta gente, en algun momento de su vida, eran seres humanos, capaces de discernir entre democracia e imposición por medio del asesinato y la amenaza de su voluntad (minoritaria). En algún momento de sus vidas el cerebro obvió el valor de la democracia y el respeto a los demás para dirigirse contra los inocentes, sólo por lucro (caso de los empresarios) o por llenar algún vacío en su personalidad con el halo de ser un "liberador de patrias", sumiendo en la amenaza a aquellos que defendemos la libertad de poder defender todas las ideas en democracia, nos gusten o no. Pero a esta gente no le gusta la democracia: lo quieren todo y pronto, por encima de lo que opnenen, piensen sientan (sintamos los demás). Son ellos primero y ellos después y, por encima de todo, ellos.

Hoy cae el "líder" que se cargó el último proceso de Paz: la esperanza de la Paz se eleva y camina más ligera.

* Fotografía publicada en elcorreodigital.com