El pasado 1 de junio la Confederación Europea de Sindicatos(CES) definió una estrategia europea para denunciar y hacer frente a las políticas económicas que se están practicando en la Unió n Europea. En aquella reunión la CES convocó una euromanifestación en Bruselas, el 29 de septiembre, coincidiendo con la reunión del Ecofin, por el crecimiento económico y el empleo y contra los recortes sociales.
Como complemento, hizo un llamamiento a la movilización de los sindicatos de cada país en forma de huelgas, manifestaciones u otro tipo de protestas. Todo ello para denunciar que las políticas de recortes no son si no un lastre para aquellos que menos posibilidades tienen. Ya pasó en nla crisis de los 30 y los jóvenes somos, precisamente de los más desfavorecidos de esta sociedad occidental.
No le ví sentido a la huelga vasca simplemente, porque las directrices erróneas no se están marcando desde Euskadi. Es más, en parte, España se ha visto arrastrada a seguir esas políticas por la interpretación que la mayoría europea de derechas hace del Pacto de Estabilidad (con amenza de sanciones, claro) y la amenaza de los magnates sobre los bonos españoles (nos vencía un pico muy gordo este año). Por otra parte, tampoco se había aprobado la reforma laboral. Que ya entró mal por las presiones de empresarios y gobiernos de la UE, pero se podía dulzificar sobre la marcha. Sin embargo, a estas fechas sabemos que todavía salió peor con la inestimable ayuda del PNV, que vendió su abstención a cambio del facilitar despido el despido de 20 días de indemnización.
Por lo tanto, si estamos en un mercado europeo, llamo a la movilización del 29 de septiembre. No considero que le esté haciendo la pascua ZP, si no más bien un favor. Hay que dar un mensaje a la UE de que este no es el camino y provocar que las políticas giren a la izquierda.