martes, 13 de enero de 2009

El mito del plátano carnívoro

El equipo de animación del curro nos ha pasado la siguiente historia, que resulta bastante curiosa. La he visto en varios blogs. Cada uno extrae su moraleja (yo, la mía, cómo no), pero nadie parece saber de dónde viene el relato o si es verídico (no parece probale).

"Un grupo de científicos encerró a cinco monos en una jaula, en cuyo centro colocaron una escalera y, sobre ella, un montón de plátanos.

Cuando uno de los monos subía la escalera para agarrar los plátanos los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que se quedaban en el suelo. Pasado algún tiempo, los monos aprendieron la relación entre la escalera y el agua, de modo que cuando un mono iba a subir la escalera, los otros lo molían a palos. Después de haberse repetido varias veces la experiencia, ningún mono osaba subir la escalera, a pesar de la tentación de los plátanos.

Entonces, los científicos sustituyeron a uno de los monos por otro nuevo.

Lo primero que hizo el mono novato nada más ver los plátanos fue subir la escalera. Los otros, rápidamente, le bajaron y le pegaron antes de que saliera el agua fría sobre ellos. Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo nunca más subió por la escalera. Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo con el que entró en su lugar. El primer sustituido participó con especial entusiasmo en la paliza al nuevo.

Un tercero fue cambiado, y se repitió el suceso. El cuarto, y finalmente el quinto de los monos originales fueron sustituidos también por otros nuevos. Los científicos se quedaron con un grupo de cinco monos que, a pesar de no haber recibido nunca una ducha de agua fría, continuaban golpeando a aquél que intentaba llegar hasta los plátanos.

Si fuera posible preguntar a alguno de ellos por qué pegaban con tanto ímpetu al que subía a por los plátanos, con certeza ésta sería la respuesta: «No sé porqué. Aquí, las cosas siempre se han hecho así». Y si el experimento hubiera continuado más, la "sabiduría popular" alimentaría el mito del plátano carnivoro, como principal motivo de esta conducta ...."

¿Os suena?

Menos mal que los jóvenes de Euskadi no somos simios. Nos caeran palos ("¡Españoles!¡Fascistas!") e incluso agua fría ("pero si no tenéis nada que hacer"), pero subiremos la escalera, cogeremos el plátano y, de uno y otro lado, caerán los mitos falsos que alimenten odio entre semejantes.


7 comentarios:

gsantamaria dijo...

Genial metáfora, simplemente genial.

Alain Coloma dijo...

Ya la había oido. El experimento, podría haberlo hecho perfectamente Paulov o Hohler.

No obstante, aunque la metáfora está bien, no explica mas que la condición de aprendizaje y condicionamiento del ser humano, y del propio animal, en sí.

Todos tenemos determinaciones hereditarias, instintos, y el resto de conductas que nos definen, es aprendido. Gracias a la capacidad de aprender nos adaptamos mejor al medio que nos rodea.

Y la mayor parte de los aprendizajes se produce a consecuencia de la imitación, de la observación de conducta en otros seres semejantes.

El aprendizaje casi siempre se hace de dos modos: por memoria pura, o por ensayo-error. En este caso de los monos, es ensayo error. A su vez, el ensaño error puede ser de refuerzo (por incentivos), por castigo (como este caso), por motivaciones, por estímulos, por ruestuestas, o por condicionamiento.

Y esta reflexión de qué sirve? no tengo mucha idea, pero me ha hecho repasarme un texto sobre psicología que tenía abandonado desde primero de bachiller, jejeje. (a ver si os pensabais que todo eso lo sabía de memoria. Aunque lo cierto es que a mi me ha condicionado mucho en la vida ese texto y el de la personalidad, pero ese es otro tema).

Alain Coloma dijo...

Pavlov, Nobel de Medicina en 1904, hizo un experimento con perros que no dista demasiado del anterior y que fue lo que probó y convirtió en teoría, la hipótesis del condicionamiento clásico.

Estudiando la digestión de los perros, Pavlov observó que, en ocasiones, éstos salivaban sin tener delante el estímulo de la comida.

Puesto que la salivación era un puro reflejo, intentó comprobar si era posible condicionarla, es decir, lograr su aparición ante estímulos que en situaciones normales no producían esa respuesta.

Para ello, al mismo tiempo qu eofrecía la comida al perro, Pavlov hacía sonar una campanilla, de tal manera que ambos estímolos (sonido y percepción de comida) se presentaban siempre a la vez.

Un día, tras muchas repeticiones, probó a suprimir la comida. al oír la campanilla, el animal comenzó a salivar. El perro por tanto, había adquirido una nueva conducta, pero se había condicionado su respuesta a través de una técnica de aprendizaje.

Alain Coloma dijo...

Skinner fue mas allá. Criticó a Pavlov y creó una nueva teoría: la del condicionamiento operante o instrumental. Analizaba las formas de aprendizaje a partir de conductas activas. Para aprender, el sujeto debía actuar (operar) o utilizar su conducta instrumentalemente (como medio para alcanzar los fines).

Skinner, creó las cajas de Skinner (cámaras diseñadas para la investigación con animales.

Éste introducía animales (ratas, palomas, patos) para observar su comportamiento y tratar de condicionar algunas de sus respuestas.

Al principio, en una máquina llena de palancas, trampillas, mecanismos eléctricos, luces etc, el animal actuaba al azar, tocando todo sin estrategia definida.

Sin embargo, cuando presionaba determinada palanca, se abria una trampilla que obtenía un pedazo de carne, y otras una pequeña electrocución. Según aumentaban los ensaños, el animal disminuía el número de tentativas al azar, y aprendía a presionar la palanca adecuada cada vez que tenía hambre.

Esto le llevó a teorizar: que las leyes de aprendizaje animal, eran similares a las de nuestra especie (y aqui es donde conecta con el caso de los monos para pensar que pudo ser un experimento real).

Luego a Skiner se le fue un poco la pinzá y teorizó sobre la posibilidad de modificar la conducta de todos los seres humanos al nacer, para hacerles mas felices. Obviamente se le acusó de totalitarista. En base a esto, se escribió la famosa novela (y muy buena por cierto) Un mundo feliz.

El caso,después de esta chapa, que ese experimento no creas que no se hizo. SE HIZO casi seguro. Entre otras cosas para explicarnos la razón de nuestras propias sin razones.

Alain Coloma dijo...

Os pongo el último de os exprerimentos que he encontrado y ya os dejo en paz (salvo que encuentre el autor del experimento que edu nos ha puesto):

Kohler (que no Hohler como he puesto antes), era un psicólogo aleman que experimentó con monos buscando confirmar la inteligencia animal.

Utilizó técnicas de condicionamiento pasivo, ideó situaciones experimentales en las qu eel animal tuviese que llevar a cabo complejas estrategias para la resolución del problema planteado.

1.- En una de las pruebas se ponían alimentos a la vista de un chimpancé, pero lo suficientemente altos como para que no los alcanzase por sus propios medios. A su alrededor se situaban diversas cajas sin amontonar. De repente, el animal parecía analizar el problema y llegaba súbitamente a la solución: comenzaba a apilar las cajas, unas encima de otras, hasta que le permitían hacerse con el alimento.

2.- Otro experimento consistió en situar un plátano a una distancia de la jaula que el chimpancé no pudiese llegar. pero se le proporcionaban dos palos, cada uno de ellos suficientemente cortos para no llegar con uno sólo. el mono, tras analizar la situación, resolvía: utilizaba conjuntamente los dos palos y obtenía la recompensa.

Edu Castañeda dijo...

Opino como Kohler.

En Filosofía de 3º de BUP (madre mía, parezco un abuelo cebolleta ya) el profe nos resumía que la diferencia entre animales y personas era que ellos no eran capaces de proyectar pensamientos de cara al futuro y que, simplemente utilizaban el instinto y el aprendizaje a través de la memoria. Le planteé la siguiente cuestión en base a una experiencia con mi perro (y no soy Pavlov):

Si es como dices, ¿por qué mi perro siempre deja algo de comida en su recipiente y no se la come hasta después de "gorronear" de la mesa (si le queda apetito)? ¿No será que planifica jugando con su apetito y la propina que le podamos dar porque le encanta "gorronear"?

Admitió que no sabía responderme y que podía estar equivocado: en eso consiste la Filosofía.

Edu Castañeda dijo...

COMO EL PERRO DE PAVLOV

El pasado verano, como sabéis, pasé por Trespaderne a ver unos bailes regionales y el correspondiente pasacalles de dulzaineros. Me dí cuenta que era la primera vez que lo veía desde fuera desde que tengo unos 15 años, porque EMPECÉ A SALIVAR cuando los músicos se preparaban, como si yo fuera a tocar también. Me quedé alucinado. Ni siquiera podía evitarlo aún siendo consciente y después de semanas (o puede que meses) sin tocar.