sábado, 26 de abril de 2008

Solución para la inflación

A vueltas con el lastre de los precios que aguantamos los currantes (los que no tenemos finiquitos de más de 10 millones de €), el otro día me puse a pensar si realmente los precios los fijamos los trabajadores. Y es que las organizaciones empresariales piden a sindicatos y gobierno tan insistentemente el control de los salarios, que uno duda si quienes marcan los precios son quienes ponen los productos y servicios en el mercado o los asalariados con nuestras pretensiones alimentamos la inflación más que las empresas.

Así, resolví contrastar 3 datos en una simple ecuación de economista de calle, pero muy clarificadora: IPC (INE), coste por trabajador (INE) y resultados empresariales (Banco de España). Decidí tomar como muestra 2006, porque es el último año completo del que obtuve datos de las 3 variables en una búsqueda “rápida” por internet. Así, el IPC subió un 3,1%. El coste laboral total por trabajador y mes, pasó de 2.234,72 € (último trimestre de 2005) a 2.310,86 € (último trimestre de 2006): esto es, creció un 3,41% (redondeando al alza). Hasta aquí, vemos una cierta correspondencia, con levísimo aumento del poder adquisitivo de los trabajadores. Por último, si vemos los datos de aumento del resultado neto de las empresas reflejado en la Central de Balances Anual (Banco de España), éste fue del 29,37%.

Al margen de que, evidentemente, faltan numerosos factores para analizar las causas de la inflación, a cualquier humano pensante se le ocurre que el margen real para reducir los precios se encontraría, en todo caso, en los resultados de nuestras empresas. Y es que, con casi 10 veces más de beneficio y casi 95 veces más de aumento de poder adquisitivo, no se puede permitir que el currela tire del carro eternamente mientras empresarios y grandes directivos se siguen llenando los bolsillos.

domingo, 13 de abril de 2008

Recuerdo tardío, pero no olvido.



Después de un largo parón (elecciones, semana santa, ...) no quería si no dedicar unas palabras en honor a Isaías Carrasco y su familia. Desde aquí, aunque tardíamente, aprovecho la vuelta a la actividad bloguera par alzar la voz en contra de la barbarie terrorista.

Por aquellos tristes días pasé por Mondragon entre otros miles de personas, sin verter una palabra en este blog, por lo que aún sentía una deuda de apoyo a la familia de nuestro compañero y a otros tantos que viven, que vivís, con la esperanza de ver un día desaparecer la escolta. Con este post quiero expresar mi más honda repulsa y condena a su vil asesinato que, estoy seguro, todos los lectores de este blog compartís.

La amenaza no nos merma, si no que alzamos la voz y pedimos PAZ.